Si entre tus propósitos para este año está el de hacer más ejercicios, ya sea para ponerte en forma o para sentirte mejor, la natación es una opción estupenda en ambos casos. Es un deporte muy completo, con multitud de beneficios; y que, además, no te saldrá excesivamente caro y para el que no necesitarás de un gran equipo.
Te vamos a contar desde sus beneficios y estilos hasta trucos para aprender y, al final, tú decides si es la actividad que estabas buscando. ¡Seguro que te convencemos!
Beneficios de la natación
La natación es uno de los deportes más completos que existen, ya lo hemos dicho, y seguro que lo has oído alguna vez. También que es muy buena para las personas que tienen problemas de espalda. ¡Ambas afirmaciones son ciertas!
Al nadar, entran en juego casi todos los músculos del cuerpo, además, el hecho de estar sumergidos en el agua, también aporta otras ventajas tanto físicas como mentales. Vamos a verlas:
Beneficios físicos de la natación
- Mejora la coordinación motora: al tener que mover varias partes del cuerpo, de manera coordinada, al mismo tiempo y controlando la respiración, ejercitamos nuestra coordinación.
- Más músculos: como todo deporte, el músculo se ejercita cuando nadamos y, en el caso de la natación, se ejercitan tanto los de la parte superior como la inferior del cuerpo. Además, al estar en el agua, ésta ejerce una fuerza “contra” el cuerpo, que hemos de superar, por lo que estaremos haciendo más esfuerzo del que percibimos, y eso los músculos lo notan.
- Más capacidad pulmonar: la respiración es una de las partes fundamentales de la natación, aprender a controlar la respiración mejorará nuestros tiempos y nuestra técnica. Y, además, la capacidad de nuestros pulmones: de hecho, nadando mejoramos en un 10% el consumo de oxígeno.
- Mejora la circulación: al estar en el agua, esta ejerce una especie de “masaje” en nuestro cuerpo mientras nadamos. Por otro lado, al estar en posición horizontal, “luchamos” menos contra la fuerza de la gravedad. Esto supone una mejora en la circulación, y que se produzca algo así como un efecto drenante en el cuerpo.
- Es bueno para las articulaciones: se trata de un deporte poco invasivo, ya que el agua es un elemento “amable”. Por lo que podemos nadar sin que las articulaciones se resientan.
¿Conoces la historia de la natación desde sus inicios?
Beneficios de la natación para la mente

- Relajación y reducción del estrés: sí, nadar, como otros deportes, ayuda a controlar la ansiedad, el estrés y hasta la depresión. Estarás de mejor humor, dormirás más y también mejor. ¡Todo ventajas! La “culpa” la tienen por un lado las endorfinas, la serotonina o la dopamina, que llegan para mejorar nuestro estado de ánimo mientras hacemos ejercicio. Y, por otro, el agua, que es un medio relajante, que nos permite mantener un ritmo cardíaco y respiratorio controlado y constante, así como ese efecto masaje que favorece la relajación.
Consejos si estás aprendiendo a nadar

Si con todo lo que has leído hasta aquí, te hemos convencido; ya sea para ti o para los niños y niñas de la casa, estos consejos para aprender a nadar te pueden servir.
Importante: ¡También puedes acudir a un profesor o profesora particular, o a clases! Toda ayuda es poca, sobre todo al principio.
- Lo primero, perder el miedo al agua si es que lo tienes, o tu peque lo tiene. Un acercamiento paulatino es la mejor forma de no temerle a un elemento desconocido. También empezar, si es posible, en la piscina, para que todo esté controlado en todo momento.
¡Al agua, poco a poco! Al principio, no tirarse directamente al agua; empezar poco a poco, primero agarrándonos al bordillo o barandilla. Siempre sujetos/as si aún no sabemos flotar, que es el siguiente paso. - Aprende a flotar: para aprender a flotar, la mejor posición es colocarnos con la cabeza hacia arriba y el cuerpo en forma de T, ya que al tener la cabeza fuera del agua no debemos preocuparnos por la respiración. También puedes hacer pequeños saltos, en una zona que no te cubra antes del siguiente punto.
- Aprende a respirar: hemos de aprender a respirar en y debajo del agua, para poder estar en ella sin miedo. Para ello se pueden hacer ejercicios, en una zona que no cubra, por ejemplo tomando aire por la boca y soltándolo bajo el agua por la nariz. También “jugar” a hacer burbujas hasta familiarizarnos con el elemento.
- Una vez que flotamos y respiramos… ¡Vamos a movernos! Desplazamientos cortitos a lo ancho de la piscina, por ejemplo, moviendo manos y pies para ir avanzando y no irnos hacia abajo. Lo importante aquí es moverse, ya se pulirá la técnica más adelante.

Extra: cuando ya puedas desplazarte, intenta mantener el cuerpo en posición horizontal, será el primer paso (y lo primero que has de entrenar) para nadar con algo de técnica. ¡Nunca dejes de moverte, para avanzar y flotar! Y practica a menudo para ir viendo los resultados.
Además, si compites, toma nota del tipo de dieta que debes seguir.
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Los estilos de natación
Una vez que hemos aprendido a nadar, flotamos, avanzamos, nos mantenemos y respiramos, podemos empezar a indagar entre los distintos estilos de natación y aprenderlos. En orden del más fácil al más difícil son: braza, crol, espalda y mariposa. Si no conoces las diferencias, te las contamos.
- Braza: es el más sencillo porque es con el que el cuerpo se mueve de manera más natural; además de que es el menos exigente físicamente. ¡Ideal para principiantes! En este estilo brazos y piernas se mueven “dibujando” un círculo en el agua, de manera simultánea y simétrica. La cabeza se sumerge en el momento en el que los brazos van hacia detrás al dibujar ese círculo.
- Crol: también se le conoce como estilo libre. Es el segundo más fácil de aprender y uno de los más populares. En el crol, los brazos se mueven de manera alterna, igual que los pies y piernas, aunque las patadas son constantes, sin que el pie salga del todo del agua. En cuanto a los brazos, van llevando el agua hacia atrás y salen completamente del agua. La respiración se realiza girando la cabeza hacia el lado del brazo que está fuera del agua. Este es el estilo de natación más rápido.
- Espalda: por su nombre no te equivocas si piensas que es el más beneficioso para la espalda. Pero a la vez es de los más complicados, puesto que el cuerpo está dándole la espalda al agua. Esto puede ser una ventaja para la respiración, pues se hace fuera del agua; pero también un inconveniente, porque debido a la postura, que es menos natural y más incómoda, nos puede entrar agua también. En cuanto a la forma de ejecutarlo, podemos decir que es como el crol pero de espalda.
- Mariposa: es el más complicado de todos y, gracias a la técnica, cada vez se acerca más en velocidad al crol. Los movimientos, tanto de brazos como de piernas, son similares a los del crol, pero, como en la braza, se hacen de manera simultánea. Para este estilo serán necesarias tanto la coordinación como la fuerza.
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¿Conoces a algunas de las nadadoras más famosas del mundo?
Equipamiento de natación básico
Por último, vamos a ver qué equipo necesitas para nadar. ¿Qué tienes que llevar en la mochila? Algunos elementos, como el bañador, es lo primero que se viene a la mente; otros, como las pinzas o las palas, tal vez no son tan conocidos. Vamos a ver un resumen de qué necesitas:
- Bañador: necesitas un traje de baño, que puede ser bañador de cuerpo completo, bikini, slip, shotrs, talle bajo... Elige el modelo que más te guste, pero no pensando en la estética, sino en tu comodidad bajo el agua. Un traje de baño para una clase de natación no es igual que para ir a pasar el día en la playa. Las marcas más populares, especializadas en natación, son Speedo y Arena, también Turbo, Nabaji, Olaian, por ejemplo. Y estas se repetirán en el resto de accesorios que vamos a ver a continuación.
- Gorro: tiene que ajustarse bien a tu cabeza y que no te moleste. Normalmente son de silicona o látex; los primeros más recios en cuanto al material, más duraderos y más caros. Los segundos más finos y flexibles, más baratos pero también más frágiles. Los de tela, que también existen, hay que evitarlos si lo que vamos es a entrenar.
- Gafas: las gafas de natación también tienen que ser de tu talla para que no te molesten. Lo ideal es que no notes que las llevas puestas. Existen varios tipos de gafas, cuya principal diferencia va a ser el tamaño, con mayor o menos campo de visión: tipo máscara, polivalentes, de competición y suecas.
- Pinzas para la nariz y tapones: son opcionales y depende de lo cómodo/a que te sientas con ellos nadando que los uses o no. Su objetivo es que no entre agua ni en los oídos ni en la nariz.
Otras cosas que tienes que llevar en tu mochila: botella de agua, toalla, chanclas, bolsa impermeable, entre otros.
Otros materiales para los entrenamientos más específicos:
- Palas para las manos.
- Aletas para los pies.
- Tuba o el tubo de buceo, para practicar la respiración.
- Pull y tabla de corcho.
¿Te hemos convencido? Ya sean para ti o para tus peques (con las clases de natacion para niños), con esta información tienes herramientas para decidir, pero por probar no se pierde nada. Te avisamos: te sentirás mejor y es un deporte que engancha.
Si eres un aficionado de la natación, no te pierdas el Campeonato Mundial de Natación de 2023.