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«Porque un hombre sin memoria es un hombre sin vida, un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro». Maréchal Foch (1851-1929)
Se suele considerar que el aprendizaje de lenguas antiguas, como el griego o el latín, es una opción de enseñanza secundaria muy adecuada para aquellos alumnos que sienten pasión por las lenguas extranjeras. Para los alumnos que no cursan estas lenguas, las clases de latín suelen figurar entre las menos prácticas dentro del aprendizaje de idiomas, ya que se considera una lengua muerta y en desuso que no sirve para nada en el futuro.
No obstante, el estudio de la lengua grecorromana permite entender de manera global las raíces de la historia europea a través del estudio de la civilización romana e incluso iniciarse en el conocimiento del mundo antiguo.
En España, el estudio del griego y del latín viene determinado por los decretos de cada Comunidad Autónoma. En algunas, se establece que se cursen hasta cuatro horas de estas asignaturas en función de la etapa (Educación Secundaria Obligatoria o latin bachillerato).
Por lo general, debido al poco atractivo que tiene el estudio del griego y del latín para la mayoría de estudiantes, los profesores de estas asignaturas temen la marginación progresiva y la desintegración del conocimiento de las lenguas antiguas («humanidades»).
En cualquier caso, el debate a favor o en contra del estudio y de la enseñanza de las lenguas antiguas sigue abierto.
En este artículo de Superprof, intentaremos dar algunas de las razones por las que sería bueno aprender latín en la escuela.
Estudiar latín para comprender mejor la civilización europea
En primer lugar, nos adentraremos un poco en la historia de la lengua latina para poder entender mejor el interés de estudiar el latín en la escuela.
El latín es una lengua itálica de la familia de las lenguas indoeuropeas. El alfabeto latino proviene del alfabeto etrusco y del alfabeto griego.
En el segundo milenio a.C., la población de la región del Lacio (centro de Italia) comenzó a utilizar este idioma. Esta zona es ahora la segunda región más poblada de Italia (con Roma como capital).

Como sabemos, el latín era el idioma oficial de la civilización romana. Lo que quizá no sepamos es que se dividió en varias formas lingüísticas:
- El latín arcaico (hablado hasta el año -100)
- El latín clásico (hablado en Roma)
- El latín vulgar (una especie de dialecto hablado por los pueblos colonizados por Roma)
El latín fue el idioma oficial de la Antigua Roma y el lenguaje de la ley, la administración, el ejército y las colonias romanas. Se extendió por toda la cuenca mediterránea desde el siglo III a.C.
Tras la caída del Imperio Romano de Occidente en el siglo V d.C., el latín, la lengua materna de los pueblos mediterráneos colonizados, continuó extendiéndose geográficamente y muchos idiomas surgieron a partir del latín vulgar: las lenguas romances. Estas lenguas presentan una construcción gramatical muy próxima al latín: portugués, catalán, castellano, francés, occitano, franco-provenzal, italiano y rumano.
Posteriormente, otros idiomas como el albanés o el inglés tomarían muchas palabras procedentes del latín.
Considerada una lengua erudita, el latín fue la lengua de la educación en España durante muchos siglos, el lenguaje litúrgico oficial de la Iglesia Católica, el lenguaje de la comunicación y de la publicación científica y literaria. Por lo tanto, fue un idioma muy influyente en toda Europa hasta el siglo XVIII.
De hecho, aprender a leer, escribir y hablar latín, junto con la traducción literaria, suponía la forma más adecuada de comprender la historia de la literatura, de las ciencias y del arte europeo. Ante nosotros, se abre toda la historia de la civilización europea anterior a la época moderna.
Estudiar el latín en la universidad no se limita únicamente a aprender cada declinación latina de memoria, ni a saber recitar los siete casos de la gramática latina (nominativo, vocativo, acusativo, genitivo, dativo, ablativo, locativo), ni tampoco a saber traducir un texto en latín. Se trata de una puerta abierta al pensamiento de la Antigüedad, promovido por autores como Cicerón, Ovidio, Plineo el Joven, Plineo el Viejo, Séneca, Julio César o incluso Horacio.
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Aprender latín para mejorar el español
Aunque no lo creas, el alfabeto que utilizas a diario es el alfabeto latino. Por lo tanto, el estudio del latín te ayudará a comprender la etimología de las palabras españolas. De hecho, el castellano (o español) deriva mayoritariamente del latín hablado.

Existen muchísimas palabras procedentes del léxico latín que empleamos a diario (o muy a menudo):
- A priori, alter ego, amén,
- Bis, bravo,
- Corpus,
- Etcétera,
- Gratis,
- Hora,
- Impromptu, incógnito, in fine, ídem,
- Líbido,
- Máximum, mínimum,
- Quiproquo,
- Recto,
- Sol,
- Ultimatum,
- Verso, visa, etc.
Aprender latín ayuda a entender mejor el significado de las palabras españolas, a comprender el vocabulario, a mejorar la comprensión gramatical y la conjugación española y, de este modo, a progresar también en la ortografía.
Por cierto, la ortografía es una cuestión muy preocupante en España: ¿y si estudias latín para mejorarla?
Se dice que la lectura desde una edad temprana ayuda a mejorar el nivel de español. No obstante, es aún mejor si el alumno (o el niño) conoce la raíz latina de las palabras.
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Cursar latín para mejorar los resultados académicos
Si te inclinas por la rama de Humanidades, podrás acercarte más al aprendizaje de otros idiomas vivos.
Un aprendizaje mejor de las lenguas vivas
Gracias a que las lenguas romances guardan mucha similaridad, es más fácil estudiar, por ejemplo, francés o italiano para los españoles. El origen latino de las tres lenguas hace que descifrar una oración en catalán no suponga demasiado problema por su similaridad en comparación con otras lenguas como el chino o el japonés.
El portugués, el rumano, el español, el francés y el italiano, entre otras, son lenguas latinas. El rumano, por su parte, representa un islote en un océano eslavo. El inglés también presenta muchas palabras procedentes del latín (un 70 % de sus palabras en concreto).
Por lo tanto, es fácil entender que el estudio del latín clásico es de gran ayuda para aprender a hablar otros idiomas romances.

Mejorar tus resultados escolares
La lectura de textos latinos también ayuda a mejorar los resultados académicos en otras asignaturas como Lengua o incluso Biología.
¿De verdad?
Sí, porque la terminación de las palabras científicas suele ser latina: por ejemplo, esto ocurre en medicina, biología, matemáticas, física, química, economía o sociología.
Si un alumno no ha desarrollado su capacidad científica y no se le dan demasiado bien las matemáticas o la física, el latín y el griego pueden ser un plus muy importante a la hora de afrontar el acceso a la universidad: el Bachillerato.
Aprender latín para estimular las capacidades reflexivas
Como sabemos, el aprendizaje de un idioma ayuda a estimular las capacidades reflexivas de cada uno. No quiere decir que nos hagamos más inteligentes, sino que aprendemos más rápido.
Comprender el funcionamiento gramatical del latín implica traducir del latín con método, rigor y organización. Este ejercicio literalmente fomentará el razonamiento lógico y la vivacidad de la mente del alumno.
Hablar latín: un plus en tu carrera profesional
Estudiar latín en el instituto o en la universidad, o donde sea, en vez de suponer más trabajo, también nos servirá para encontrarnos y superar una ambición o un reto personal.

Lee el testimonio de Sofía sobre su experiencia con el latín en el insituto:
Cuando estaba en cuarto de la ESO, mis padres decidieron apuntarme a clases optativas de latín. Personalmente, los resultados no fueron malos, porque siempre me han gustado las lenguas. Pero dudaba, como en matemáticas, de la utilidad que tendría en mi vida una lengua tan abstracta y poco práctica como el latín. Es innegable que el año que tuve de clases de latin me ayudó a mejorar en ortografía, sintaxis y vocabulario de español, pero también en otras lenguas (francés e inglés). Actualmente, soy escritora, redactora y traductora: ¿simple casualidad?
El aprendizaje de una lengua, como ocurre con otras asignaturas o a la hora de aprender a tocar un instrumento musical, produce cierta «histéresis» (palabra que proviene del griego), es decir, cuando una situación pasada continúa produciendo los mismos efectos incluso en el futuro, ya sea próximo o no.
Ya seas de letras o de ciencias, siempre podrás completar tu formación y carrera profesional con el estudio de la lengua latina, tras la Educación Secundaria.
El latín siempre ha estado presente en los temas científicos y en las ciencias sociales: física, química, astronomía, medicina, farmacia, botánica, biología, ciencias de la tierra, arqueología, historia, historia del arte, ciencias jurídicas, etc.
También puede suponer un requisito previo para poder acceder a un máster de arqueología o de letras clásicas en la universidad: por lo tanto, será un pasaporte para temer una carrera profesional brillante.
Recapitulamos:
Estudiar latín te permitirá:
- Ampliar tu cultura general;
- conocer mejor la civilización romana, cuna de Europa;
- perfeccionar tu nivel de español;
- mejorar el rendimiento académico;
- facilitar el aprendizaje de otras lenguas vivas;
- adquirir vivacidad y fluidez;
- estimular el sentido común;
- acceder a estudios superiores.
Merece la pena embarcarse en el viaje hacia el estudio del latín, ¿verdad?
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