Introducción: el hidrógeno verde como energía del futuro en Chile
El mundo atraviesa una transición energética decisiva en la que las energías renovables, la electrólisis y los nuevos vectores energéticos se vuelven indispensables para reducir emisiones y enfrentar la crisis climática. En ese escenario global, Chile ha logrado posicionarse como uno de los países con mayor potencial para impulsar soluciones energéticas limpias, gracias a la abundancia solar del norte y la fuerza eólica del extremo sur.
Sin embargo, más allá de su impacto ambiental o económico (temas tratados en otros artículos) la gran pregunta es técnica: ¿Cómo se obtiene el hidrógeno verde realmente y qué hace que Chile sea uno de los líderes en esta nueva industria global?
Por eso, en Superprof Chile hemos creado esta guía completa en la que exploraremos el proceso completo, desde la reacción química que separa moléculas hasta la infraestructura industrial que lo hace posible a gran escala:
Pero antes, revisa nuestra guía completa sobre el green hydrogen en Chile ¡aquí!
Cómo se produce el hidrógeno verde: el proceso paso a paso
1. El principio de la electrólisis del agua
La producción moderna de hidrógeno parte de un proceso conocido como electrólisis, una reacción en la que el agua se divide en hidrógeno y oxígeno mediante el uso de electricidad. Esta electricidad, cuando proviene de energías renovables, permite obtener un producto limpio y libre de emisiones directas.
En términos simples, el electrolizador recibe agua purificada y una corriente eléctrica. Los electrodos separan las moléculas: el hidrógeno se libera en un polo y el oxígeno en el otro. Aunque el procedimiento parece sencillo, involucra tecnologías sofisticadas que requieren control térmico, sistemas de seguridad y un flujo continuo de electricidad.
Aquí es donde aparece la diferencia técnica entre los tipos de hidrógeno:
- Verde: producido con energías renovables.
- Azul: generado desde gas natural, pero con captura parcial de carbono.
- Gris: el más común actualmente, proveniente de hidrocarburos sin control de emisiones.
La clave de la transición energética global es escalar el hidrógeno verde, porque es el único realmente libre de carbono durante su proceso de formación.
2. Uso de energías renovables para la electrólisis
Para que la electrólisis sea considerada completamente limpia, la electricidad debe provenir de fuentes como la solar fotovoltaica o la energía eólica. Y este punto marca la gran ventaja comparativa de Chile.
- En Atacama, la radiación solar es una de las más altas del planeta, superando ampliamente los estándares de muchos países.
- En Magallanes, los vientos del sur poseen una estabilidad única que permite operar turbinas eólicas con factores de planta muy superiores al promedio global.
Gracias a estas condiciones, proyectos en Antofagasta, Atacama y Magallanes comienzan a generar electricidad renovable constante, ideal para producir hidrógeno limpio que pueda alimentar industrias, transporte y procesos químicos o energéticos a través de instalaciones altamente eficientes.
3. Captura, almacenamiento y transporte del hidrógeno verde
Una vez generado, el hidrógeno debe ser purificado y almacenado. Para ello se utilizan compresores, tanques criogénicos o sistemas de alta presión que permiten mantenerlo en formato gaseoso o líquido, dependiendo de su aplicación posterior.
El desafío técnico es considerable: el hidrógeno es la molécula más pequeña del universo, lo que obliga a contar con materiales específicos, sistemas de sellado avanzados y protocolos de seguridad estrictos. El transporte puede realizarse por tuberías dedicadas, camiones especiales o barcos diseñados para este tipo de gas.
Hoy, gran parte de la investigación global busca mejorar esta etapa, ya que el almacenamiento eficiente y económico es clave para expandir la oferta internacional.
Te preguntarás: ¿Para qué sirve el hidrógeno verde?
Plantas de hidrógeno verde: el corazón de la producción en Chile
Proyectos pioneros: Haru Oni y Enel Green Power Chile
Chile destaca por contar con dos referencias esenciales en el sector:
- Haru Oni, ubicada en la región de Magallanes, es considerada una planta de hidrógeno verde a escala piloto-industrial, donde se transforma energía eólica en hidrógeno que luego sirve para fabricar combustibles sintéticos. Su tecnología combina electrolizadores avanzados, sistemas de purificación y unidades de conversión química.
- Enel Green Power Chile, por su parte, impulsa desarrollos energéticos enfocados en integrar generación renovable con sistemas que permitan producir hidrógeno en distintas etapas, tanto para consumo local como futuro abastecimiento exportador.
Ambos proyectos funcionan como prueba de cómo la tecnología aplicada en terreno permite consolidar la cadena completa de valor del hidrógeno en el país.
Zonas clave para la producción nacional
Chile posee un territorio excepcional para producir hidrógeno verde debido a tres polos fundamentales:
- Magallanes, con vientos de clase mundial y una infraestructura energética creciente.
- Antofagasta, con radiación solar altísima y disponibilidad de terrenos para generación renovable.
- Atacama, con plantas solares fotovoltaicas que alimentan procesos de electrólisis de forma constante.
Estas zonas permiten diversificar la matriz y crear un ecosistema energético robusto, capaz de abastecer tanto la demanda interna como proyectos de exportación hacia Europa y Asia.
Cómo se fabrica el hidrógeno verde a gran escala
Cuando se pasa del nivel piloto al industrial, el proceso técnico debe adaptarse a un sistema continuo de eficiencia y alto rendimiento. Esto requiere:
- Líneas de electrólisis modulares.
- Electrolizadores de gran capacidad.
- Integración directa con plantas solares y eólicas.
- Sistemas de agua purificada.
- Unidades de almacenamiento interconectadas.
Cómo se fabrica el hidrógeno verde en Chile implica optimizar cada fase del proceso, desde la captura del recurso renovable hasta la conversión química final.
Un caso emblemático es el funcionamiento de Haru Oni, donde la energía eólica alimenta electrolizadores de última generación para producir hidrógeno. Ese hidrógeno luego se combina con CO₂ capturado para fabricar combustibles sintéticos, como e-metanol o e-gasolina, que pueden ser utilizados por la industria automotriz.
La innovación en los electrolizadores es clave: a mayor eficiencia, menor energía requerida para separar moléculas. Este avance es determinante para reducir costos y aumentar la competitividad de la industria chilena, pero también a miras de dejar atrás los combustibles fósiles, frenar el cambio climático y optar por un camino más sostenible.
Conoce algunos de los más importantes proyectos y plantas verdes que se gestionan en Chile ¡aquí!
Producción de hidrógeno verde en Chile: presente y futuro
La expansión industrial del hidrógeno se encuentra en una fase estratégica. Chile apuesta por aumentar la capacidad de electrólisis, atraer inversiones extranjeras y consolidar rutas de exportación.
Hacia 2030, parte del hidrógeno producido podría enviarse a mercados internacionales, aprovechando la demanda creciente de combustibles sintéticos y una alternativa más ecológica que suplante a los fósiles. Además, la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde impulsa programas de investigación, alianzas público-privadas y el desarrollo de capital humano técnico, indispensable para operar plantas complejas.
Actualmente, el sector energético trabaja en:
- Aumentar la capacidad renovable instalada.
- Mejorar la infraestructura de almacenamiento.
- Integrar el hidrógeno en la matriz productiva nacional.
Esto abre un camino para que Chile no solo sea productor, sino también un referente mundial del sector.
Desafíos en la producción de hidrógeno verde
A pesar de su proyección, existen obstáculos relevantes:
- Costos de inversión: los electrolizadores y sistemas de almacenamiento aún requieren grandes inversiones iniciales.
- Escalabilidad: la industria avanza, pero necesita mayor desarrollo tecnológico local para reducir dependencia internacional.
- Infraestructura: Chile requiere puertos adaptados, redes de transporte y tuberías dedicadas.
- Profesionales capacitados: la demanda de ingenieros, técnicos y especialistas en energías renovables y química industrial está creciendo rápidamente.
Por ello, universidades, centros de investigación y empresas trabajan conjuntamente para formar talento local que pueda operar y mejorar sistemas de electrólisis, almacenamiento y transporte.
También: Aprende cuales son las ventajas y desventajas de este recurso ¡aquí!
Conclusión: Chile, laboratorio mundial del hidrógeno verde
Chile se posiciona como un país clave para la transición energética global. Esta industria combina investigación científica, energías renovables, infraestructura moderna y un territorio privilegiado para la electrólisis. Entender cómo se obtiene el hidrógeno verde permite dimensionar el avance tecnológico nacional y el potencial del país para convertirse en un referente internacional en la próxima década.
Síntesis del artículo
El hidrógeno verde se produce mediante electrólisis alimentada por energías renovables, un proceso que Chile puede escalar gracias a su enorme potencial solar y eólico. Con proyectos con enfoque sostenible como Haru Oni, plantas impulsadas por Enel Green Power Chile y muchas más. Todo esto nos demuestra que el país avanza hacia una producción industrial capaz de abastecer demanda local y futura exportación global.
¿Te gustó este artículo? ¡Evalúalo!
Loading...
