Luego de casi tres décadas, la actual Constitución impuesta en la dictadura de Pinochet parece llegar a su fin, aunque todavía una parte conservadora del país se resiste a este cambio.

Si bien la idea de tener una nueva Constitución existe desde hace varios años, con un movimiento que incluso llamaba a marcar en los votos la demanda de una Carta Magna actualizada y hecha en democracia, la propuesta de la ex presidenta Michelle Bachelet con este objetivo no tuvo éxito.

Tuvo que estallar un nuevo movimiento social que hizo remecer por varios meses a la clase dirigente y a la institucionalidad del país para que hubiera un pacto entre políticos que diera curso al desarrollo de un proceso constituyente.

Aunque ésta no era la principal demanda de la revuelta social que estalló el 19 de octubre del 2019 tras el alza del pasaje del transporte público, la idea de elaborar una nueva Carta Magna fue la única salida que algunos políticos identificaron para calmar los ánimos en el país.

Protestante en medio de la calle
La revuelta social que estalló en octubre del 2019 llevó a poner fin a la Constitución de Pinochet.

Los millones de personas que salieron a las calles a protestar en diferentes puntos de Chile desde el día que el “estallido social” se generó, presionaron a una institucionalidad que por años estuvo cómoda con la actual Constitución.

Luego de un año de trabajo, una Convención Constitucional escogida por cerca del 80% de los y las votantes terminó de redactar la propuesta de nueva Carta Magna que en pocas semanas más será sometida a votación en una papeleta que contendrá dos alternativas: apruebo o rechazo.

La gran cantidad de fake news dando vuelta en las redes sociales y en medios de comunicación, ha hecho que muchas personas se confundan y tomen una decisión en base a mentiras y desinformación, menoscabando los objetivos constituyentes.

Pero como sabemos que la democracia se construye con ciudadanos y ciudadanas informadas, en Superprof hemos querido reunir los principales contenidos que se proponen en este nuevo documento que busca reemplazar la Constitución pinochetista, para que tu voto se base en datos reales.

¡Comencemos!

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Aquí vamos

¿Qué contiene la propuesta de Nueva Constitución?

Con la aprobación de la propuesta de Nueva Constitución se acabaría el principio de subsidiariedad del Estado que rige en la actual Carta Magna, para pasar a un “Estado social y democrático de derecho” que rige cada artículo del documento.

Para entender esto, debes saber que el principio de subsidiariedad se refiere a que el aparato estatal se reduce a todo aquel espacio que no se logró resolver entre privados.

Un Estado social, en cambio, tiene como objetivo principal asegurar el acceso a bienes y servicios de forma universal para proteger los derechos de todas las personas.

Uno de los puntos más novedosos de la propuesta de Nueva Constitución, y que de aprobarse ubicaría a Chile en la vanguardia mundial, es el artículo donde se declara una nación “democracia paritaria”.

Por otra parte, la propuesta emanada de los convencionales constituyentes entrega un mayor reconocimiento a nuestros pueblos originarios, definiendo al país como un Estado Plurinacional e Intercultural.

Junto a esto, este nuevo reglamento mandata la constitución de Autonomías Regionales Indígenas, las que aunque sean consideradas con autonomía política, esta siempre debe ser en base al carácter único e indivisible del Estado chileno.

Otro de los puntos más destacados del proyecto de Nueva Constitución es el sistema de salud propuesto, ya que se establece la creación de un Sistema Nacional de Salud integrado por prestadores públicos y privados.

Y el medioambiente, entre muchos otros temas, también fue uno de los principales temas para los y las convencionales constituyentes. Por lo mismo, en el texto redactado se puede ver una mayor protección al agua, al ser considerada como un bien inapropiable.

El sistema político, derechos reproductivos, pensiones y muchos otros temas son materia de esta propuesta emanada de la Convención Constitucional y que será sometida a votación popular este 4 de septiembre.

¿Qué es y para qué sirve la Constitución de un país?

Antes de empezar a entender el contenido de la propuesta para una nueva Constitución chilena, es necesario tener claridad sobre la importancia que tiene para un país contar con una Carta Magna cuya discusión y resultado se haya generado de forma democrática.

Una Constitución se define como “la ley fundamental de un Estado, con rango superior al resto de las leyes, que define el régimen de los derechos y libertades de los ciudadanos y delimita los poderes e instituciones de la organización política”, según lo descrito por la Real Academia de la Lengua Española (RAE).

Es decir, cuando hablamos de una Constitución nos referimos a la norma jurídica más relevante para un Estado, por sobre cualquier ley o reglamento. Ahora bien, esta Carta Fundamental no tiene que ser siempre escrita.

Existen países como Reino Unido cuyo sistema es reconocido por no contar con una constitución. Sin embargo, decirlo de esta manera resulta poco preciso o, incluso, engañoso, porque lo cierto es que este tipo de países sí cuentan con una constitución solo que no se encuentra codificada.

De esta manera, hablar de una Constitución no escrita en el caso de países como el mencionado recién resulta incorrecto, ya que suelen ser naciones que se rigen por normas cuya jurisprudencia corresponde efectivamente a la de una Carta Magna como la que conocemos acá, tales como decisiones judiciales, convenciones parlamentarias, estatutos y tratados.

La Constitución, por lo tanto, es la norma con el rango jerárquico más alto de todo el ordenamiento jurídico de un Estado y su objetivo es regular el poder estatal y establecer las libertades fundamentales de cada una de las personas que integran dicho Estado.

En síntesis, una Constitución es la manera de organizar el Estado al mismo tiempo que entrega los lineamientos en los que se deben basar los y las gobernantes para llevar a cabo sus propuestas.

¿Cuándo nace la idea de redactar una nueva constitución?

Lo cierto es que la idea de que Chile necesitaba una nueva Constitución existe desde los inicios de la actual Carta Magna. Desde sus inicios fue considerada por diferentes sectores de la oposición como antidemocrática al ser redactada a espaldas de la ciudadanía y ratificada a través de un plebiscito lleno de irregularidades y una participación dudosa.

En 2005, bajo el mandato del ex presidente Ricardo Lagos se llevaron a cabo algunas reformas a la Constitución de 1980 con el fin de acabar con gran parte de los “enclaves antidemocráticos” que contenía el texto, pero no fue suficiente y diferentes organizaciones comenzaron a hacer campaña por tener una Nueva Constitución hecha en democracia.

Más tarde, esta idea tomaría un nuevo impulso durante la campaña de la ex presidenta Michelle Bachelet, quien planteó la necesidad de iniciar un proceso constituyente en su segundo mandato.

Símbolo de comunicación
La ex presidenta Bachelet convocó cabildos por todo el país para discutir una nueva Constitución.

De hecho, poco antes de finalizar su segundo mandato, tras un trabajo de participación a nivel nacional, la ex mandataria envió un proyecto para una Nueva Constitución al Congreso, el que se vio frustrado apenas asumió Sebastián Piñera, cuyo gobierno decidió detener el proceso.

Debió pasar un par de años y un estallido social para que finalmente la clase política chilena estuviera de acuerdo en la necesidad de acabar con la Constitución de 1980 y establecer nuevas bases para el desarrollo del país.

Tras casi un mes de masivas protestas y brutales actos de represión por parte de Carabineros que se iniciaron en octubre del 2019 por el alza de la tarifa del transporte público, parte importante de la clase política de nuestro país firmó un acuerdo que dio inicio al proceso constituyente en el que hoy se encuentra el país.

Así se redactó la propuesta de Nueva Constitución chilena

Un proceso constituyente consiste en un procedimiento de carácter fundacional de un Estado democrático, que se establece de acuerdo a la voluntad de sus ciudadanos y las necesidades que estos tengan.

De esta manera, el proceso constituyente tiene entre sus principales características la horizontalidad en su forma de organización. Para su legitimidad es esencial que éste sea de fácil acceso para la clase obrera y el pueblo que conforma el Estado.

Una de las principales dudas que surgen tras iniciarse un nuevo proceso constituyentes es el mecanismo a través del que se hará la redacción de la nueva propuesta.

En el caso del proceso constituyente chileno, el 25 de octubre del año 2020, en plena pandemia, se llevó a cabo un plebiscito que consultaba a los ciudadanos y ciudadanas chilenas si estaban de acuerdo con redactar una nueva Carta Fundamental para Chile o no. Además, se preguntaba, en caso de estar de acuerdo, cuál debía ser el mecanismo de la redacción de una nueva Constitución.

Respecto de esto último, las personas tuvieron la posibilidad de escoger entre una convención mixta constitucional y una convención constitucional. ¿Sabes qué pasaría si gana el rechazo?

Participación en elecciones populares
El plebiscito de salida se realizará el 4 de septiembre.

La primera opción se refería a un órgano cuya mitad se compone por miembros del Congreso y la otra por integrantes escogidos por la ciudadanía, mientras que la Convención Constitucional consideraba un 100% de constituyentes escogidos a través de elecciones populares de forma directa.

Los resultados de esa votación arrojaron un triunfo arrollador de la idea de redactar una nueva Constitución para Chile, así como también para la opción de una Convención Constituyente como órgano redactor del nuevo documento (casi el 80% de los votos).

La participación en el plebiscito de salida es obligatorio, por lo que es importante que te informes para votar con consciencia.

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andra

Políglota tras vivir en Rumanía, Canadá, España y Francia, dedico mi tiempo a la enseñanza y a compartir saberes. Mi meta es brindar a nuestros lectores contenidos de la más alta calidad. Disfruto de la historia, el arte, los idiomas y las matemáticas, y hallar satisfacción en la lectura en días lluviosos.