Bióloga con mención Bioprocesos y licenciada en Ciencias Biológicas de la PUC, ofrezco clases de Biología celular, Microbiología, Fisiología y Bioquímica.

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• ¿Cómo es que decidiste ser profesor? ¿Recuerdas el momento que te motivó a hacerlo?

  Desde que estaba en el colegio, me di cuenta de que enseñar era algo que realmente disfrutaba. Mis compañeros y compañeras solían pedirme que les explicara ciertos temas o conceptos antes de las pruebas, y siempre me apasionaba mucho hacerlo. Me encantaba transmitir el conocimiento, ver cómo lograban comprender lo que les explicaba y observar cómo mejoraban sus resultados académicos gracias a ello. Además, ese proceso también me ayudaba a fortalecer mis propios conocimientos. Fue durante la enseñanza media cuando realmente comprendí que la docencia era una vocación para mí, ya que me sentía plenamente realizado al ayudar a los demás a aprender.

• ¿Tienes algún modelo a seguir en tu profesión o en tu vida en general?

  Mis modelos a seguir son mi familia. Los valores, hábitos y principios que tengo hoy en día son el resultado de todo lo que he aprendido de ellos. Me han enseñado a esforzarme, a ser perseverante y a valorar el trabajo hecho con dedicación y pasión. Sin duda, son una inspiración constante en mi vida tanto personal como profesional.

• ¿Qué crees tú que tu profesión aporta a la sociedad?

  Al ser investigadora y docente, siento que mi labor tiene un impacto significativo en la sociedad. Por un lado, como investigadora, contribuyo al avance del conocimiento científico y al desarrollo de nuevas perspectivas en mi área de estudio. Por otro lado, como docente, tengo la oportunidad de formar a futuros profesionales, transmitiéndoles no solo conocimientos teóricos y prácticos, sino también el amor por aprender y el compromiso con el conocimiento. La combinación de ambas facetas permite que mi trabajo no solo impacte directamente en el aula, sino que también genere aportes al progreso científico y académico.

• ¿Puedes contarnos alguna anécdota que recuerdes con cariño sobre tus años escolares o sobre alguna de tus clases?

  Uno de los recuerdos más especiales que tengo de mis años escolares es cuando, durante el recreo o la hora de almuerzo, varios de mis compañeros se acercaban a pedirme que les hiciera un repaso de biología antes de las pruebas. Era bastante cómico porque me sentaba en el escritorio del profesor y ellos se reunían a mi alrededor como si estuviera dando una clase extra. A pesar de mi humildad y el deseo genuino de ayudar, me sentía un poco como el profesor del grupo. Lo que más me llenaba era ver su gratitud al entender los conceptos y sentirse más seguros para el examen.

• Para ti, ¿qué hace a un superprof?

  Creo que un superprof es alguien que tiene la capacidad de escuchar al alumno, entender sus necesidades y adaptarse a ellas. Es fundamental que el profesor sea flexible y tenga la disposición de enseñar de manera creativa, logrando que el estudiante se interese por aquello que antes no le llamaba la atención. La empatía y el compromiso son fundamentales para generar un ambiente de aprendizaje positivo y enriquecedor.

• ¿Qué consejo le darías a alguien que quiere dedicarse a ser profesor?

  Mi consejo es que lo haga sin dudarlo. Ser profesor es una de las experiencias más gratificantes que existen, ya que no solo contribuyes al crecimiento académico de tus estudiantes, sino también a su formación personal. Si tienes pasión por enseñar y estás dispuesto a comprometerte con el aprendizaje de otros, no dudes en seguir este camino. La satisfacción de ver el progreso de tus alumnos y el impacto que puedes tener en sus vidas es invaluable.